Shameless nos presenta a la familia Gallagher, familia
disfuncional donde las haya. Abandonados por su madre, los Gallagher quedan a
cargo de su padre Frank (interpretado magistralmente por William H.Macy) un
alcohólico empedernido y egoísta hasta decir basta. Uno de
los grandes aciertos de la serie es su reparto y sobre todo el juvenil (cuando
aprenderán en España) en el que actores prácticamente desconocido dan vida (de manera realista, cercana y convincente) a
cada uno de los hermanos Gallagher.
Fionna (Emmy Rossum): se ha convertido gracias a este papel en una
de las actrices revelación de la temporada pasada. Fionna ha pasado a ocupar el
lugar que debería haber desempeñado su madre, haciéndose cargo de todos sus
hermanos y luchando por sacar adelante la familia.
Lip e Ian (Cameron
Monaghan y Jeremy Allen): estos dos siempre andan buscando una manera de ganar
dinero, aunque no siempre de manera legal.
Debbie (Emma Kenney): adorable y entrañable pequeña (borda
su papel). La pequeña Debbie a pesar de su edad juega un papel fundamental a la
hora de mantener unida a la familia, cuida de sus hermanos más pequeños como si
de una madre se tratara y no duda a la hora de enfrentarse a grandes peligros
con el fin de proteger a los suyos. Es la gran roba-escenas de la serie.
Carl (Ethan Kutkovsky): aunque no ocupa muchos minutos en
pantalla cada vez que sale podemos esperar cualquier salvajada de este pequeño
matón.
Liam (Blake y Brennan Johnson): bebé afroamericano, aunque
realmente no es hijo de Frank (su mujer le engañó) es querido dentro de la
familia como uno más.
La terna de personajes se completa con los vecinos Kevin y
Veronica, Tony (el policía perdidamente enamorado de Fionna), Karen (novia de
Lip y adicta al sexo), Sheila (madre de Karen, agorafóbica y actual pareja de
Frank), Steve (ladrón de coches que comienza a salir con Fionna)…
La serie nos muestra el día a día de esta familia en los
suburbios de Chicago y su lucha por salir adelante en un entorno difícil y
llegar a final de mes. Podríamos englobar la serie dentro del término “dramedia”,
con una facilidad pasmosa Shameless pasa de una situación cómica (que no
divertida) al más puro drama sin que por ello su credibilidad se resienta lo
más mínimo. Un cocktail bien mezclado y servido en su punto. La serie ha
demostrado un gran nivel en su primera temporada, afianzándose en esta segunda
como una de mis imprescindibles del año. Tanto los personajes como las tramas
son de las que dejan huella. Si pasas un día con los Gallagher estarás perdido y necesitarás de su compañía
semanalmente. Probad y ya me contareis.
No podemos terminar el artículo sin hacer una mención
especial a su Intro, que ya nos deja intuir por donde irán los tiros.
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